Nacimiento Río Mundo - Desilusión de juventud

Han transcurrido dos meses de nuestra anterior salida en Semana Santa, en los que he tenido que llevar a reparar el destrozo que supuso en el arcón el reventón del neumático. Estamos más impacientes que nunca y para celebrar el nuevo arcón hemos decidido un destino del que tengo muy buenos recuerdos de cuando era pequeño: el nacimiento del río Mundo, el cual conocí en mi infancia con un viaje con mi padre, y que repetí años después con María José cuando todavía eramos novios, y ahora vamos con nuestros dos polluelos acompañándonos.

Como suele ser habitual no conseguimos salir excesivamente pronto y poco después de abandonar la A4 ya estoy muy cansado, por lo que decidimos parar en algún pueblo que nos pille de camino, siendo Villahermosa el lugar en el que acabamos pernoctando.

Noche tranquila y sin incidentes, nos levantamos temprano y nos vamos directamente al parking del nacimiento del río Mundo, donde nos informan que podemos aparcar, pero que dado la cantidad de turistas que tienen, está prohibido la comida, incluso dentro de los vehículos, pero dado que estábamos sin desayunar decidimos hacer oídos sordos y sin bajar las ventanas desayunamos sin mayor problema. Tras coger fuerzas nos vamos a hacer la ruta que muestra la cascada y que no es más que un simple paseo adaptado 100% al turismo, lo que me desilusiona enormemente ya que en mi recuerdo era una ruta en medio de la montaña, en algunas ocasiones difícil de encontrar y con algún momento de auténtico peligro hasta llegar a la enorme gruta, la cual solamente culminaban los aguerridos montañistas como mi padre, mis hermanos y yo. Ahora solo se visita la parte de abajo en un bonito paseo que ni de lejos se parece a antaño. Tras la pequeña caminata, de no más de 30 minutos y visto que no nos vamos a poder quedar allí a comer tranquilamente, pese a que el sitio es de lo más fresquito, y dado que el parking se está llenando de coches, decidimos irnos a comer a otro parking un poco más arriba donde nos comentan que hay otra ruta con unas vistas para ver la cascada desde arriba, allí si podemos comer y además el sitio es mucho más tranquilo y no está tan a tope de gente, por lo que las niñas pueden salir de la autocaravana para tirarse piñas y jugar un poco con los palos y piedras que por allí abundan. Tras el descanso y recoger todo nos vamos a hacer la ruta cargado con unas pipas y unos frutos secos que deleitamos en la cima observando ligeramente la cascada, que sigue sin parecerse en lo más mínimo al recuerdo de juventud que guardo en mi memoria. Vuelta al vehículo y nos vamos en busca del lugar de pernocta, que encontramos en Riopar junto a la oficina de turismo. Una vez instalados, y dado el calor que hace, nos damos una vuelta por el pueblo y nos refrescamos con unos helados, para terminar cenando y a la cama.

Noche sin incidentes, no tenemos prisa en levantarnos así que tras hacernos los remolones en la cama, ya solo nos queda tiempo para iniciar el camino de vuelta, pasando por el área de Alcazar de San Juan, donde aprovechamos para dar un paseo por su parque y que las niñas se desfoguen un poco, y a casa.

Y sin más damos por terminada una nueva aventura que me deja un mal sabor de boca y me entristece al haber sido testigo del daño que el turismo puede llegar a hacer a la naturaleza.


Resumen:
Fechas: del vie. 3 jun 2011 al dom. 5 jun 2011
Zonas visitadas: Riopar y Nacimiento del río Mundo
Noches: 2
Pernoctas: Villahermosa y Riopar (enfrente del parque junto a oficina de Turismo)
Km(ida y vuelta): 680 km